Dos palabras. Mario Draghi ha añadido una breve coletilla a la primera parte de su discurso habitual. Pero ese mínimo cambio tiene el potencial para sacudir la economía de la eurozona. Hasta ahora, el Banco Central Europeo (BCE) sostenía que los tipos de interés continuarían en “los niveles actuales” al menos hasta el primer semestre de 2020. Pero en su comunicado del jueves, el Consejo de Gobierno del organismo añade que los tipos seguirán en sus niveles actuales “o inferiores” hasta el próximo año. Un cambio que abre la puerta a una rebaja en los intereses que podría producirse tan pronto como el próximo 12 de septiembre.
MÁS INFORMACIÓN
La Bolsa no ha esperado para celebrar lo que puede llegar con ese críptico mensaje. El conglomerado Eurostoxx sube casi el 1%. El Ibex, el selectivo español de referencia, que mantenía una mañana tranquila con tímidas alzas, ha escalado de golpe hasta marcar una subida del 1,2%. Fráncfort, Londres, París, Ámsterdam… Todos los selectivos suben a la espera de la rueda de prensa.
Los tipos de referencia se mantienen intactos por ahora. El oficial lleva en el 0% desde 2016, y ahí parece que va a continuar. Pero la facilidad de depósito, el que el BCE cobra a los bancos por tener su dinero inactivo, lleva también tres años en el terreno negativo del -0,4%. Y los analistas creen que en su reunión de septiembre, Draghi podría bajarlo al -0,5%. Esta medida promete llenar de descontento al sector financiero.
El comunicado trae más novedades. Nada cambia por ahora, pero el presidente del BCE deja claro que está preparado para volver a actuar en la recta final de su mandato. El Eurobanco admite que la tasa de inflación de la zona euro ha estado «persistentemente» por debajo del ojetivo oficial. Y anuncia que, como consecuencia, la política monetaria laxa va a continuar «por un periodo prolongado de tiempo». Asegura, además, que está preparado para «ajustar todos sus instrumentos», lo que puede incluir también una reformulación en su objetivo de que la inflación esté «por debajo pero cerca del 2%», un objetivo que ha sido machaconamente incumplido en la unión monetaria.
Retomar la compra de bonos
Pero la reunión veraniega del BCE deja más mensajes al mercado. El BCE quiere que se examinen todas las opciones. Entre las que menciona el comunicado, también está la idea de retomar el programa de compra de deuda que acabó el año pasado y que supuso la inyección de 2,6 billones de euros en la economía.
Hace tiempo que a Draghi le preocupan los débiles datos de crecimiento e inflación que arroja la zona euro. El presidente del BCE ha avisado en sus últimas intervenciones de que los riesgos para la economía crecen poco a poco, ligados a las tensiones geopolíticas, las amenazas proteccionistas y los problemas de los países emergentes. Si el año pasado el problema era cómo ir volviendo poco a poco a la ortodoxia monetaria, ahora es lo contrario: cómo ir incrementando las políticas extraordinarias que rescataron a la unión monetaria de la crisis y que ahora deben volver a usarse.
A Draghi le queda poco tiempo. El próximo 31 de octubre concluye su mandato. Además de esta reunión de su máximo órgano, le quedan otras. Precisamente este jueves el organismo ha dado la bienvenida a la que será su sucesora a partir de entonces, la francesa Christine Lagarde.
“El Consejo de Gobierno del BCE considera que la candidata propuesta es una persona de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios. […] y no tiene inconveniente en la recomendación de que Christine Lagarde sea nombrada presidenta del BCE”, asegura el comunicado emitido el jueves. Es un mero formalismo, pero era un paso necesario para el desembarco en Fráncfort de la exministra de Finanzas francesa.
Fuente: El País