La cruzada francesa contra las tácticas fiscales de las grandes tecnológicas se topa con un problema al otro lado del Atlántico: la oficina de Comercio Exterior de los Estados Unidos ha anunciado el inicio de investigación a la conocida como tasa Google y Washington podría aplicar aranceles a las importaciones francesas si determina que el gravamen penaliza injustamente a sus empresas. El Senado francés adoptó la legislación horas después pese a las amenazas.
El impuesto a los servicios digitales recibe el acrónimo GAFA —en referencia a Google, Apple, Facebook y Amazon— y París decidió anticiparse esperando que otros países se sumasen a su iniciativa. La acción de la Administración de Donald Trump se anuncia en la víspera de que se someta a votación este jueves en el Senado francés y utiliza la misma base legal —sección 301— con la que atacó a China por el robo de propiedad intelectual.
El impuesto francés, del 3%, se aplicará a empresas que facturan más de 750 millones de euros globales al año y que generan una cifra de negocio de al menos 25 millones en el país europeo. Basándose en ese criterio también afectaría a Uber y Airbnb, entre otras empresas tecnológicas. El Ejecutivo galo espera recaudar por esta vía unos 650 millones y considera que dar este paso es de “justicia social”.
Robert Lighthizer, representante de Comercio Exterior, ya adelantó el mes pasado, durante una intervención en el Congreso de EE UU, que estaban examinando la legislación. Ahora pasa a la acción. La investigación durará aproximadamente un año. Si se determina que el impuesto tiene un impacto negativo para las empresas estadounidenses, se activará el mecanismo para compensar.
“La estructura del nuevo impuesto así como las declaraciones hechas por representantes del Gobierno sugieren que Francia está dirigiendo de manera injusta el impuesto a ciertas empresas tecnológicas basadas en EE UU”, justifica Lighthizer, “nos preocupa”. “El presidente ha ordenado por eso que investiguemos los efectos y determinemos si es discriminatoria o irrazonable y grava o restringe el comercio”, concluye.
El secretario del Tesoro de EE UU, Steven Mnuchin, llamó ayer su homólogo francés Bruno Le Maire, para informarle de que se había iniciado el procedimiento para examinar en profundidad el impuesto a los servicios digitales. “Creo firmemente que entre aliados debemos y podemos resolver nuestras diferencias de otras maneras que en lugar de utilizar las amenazas”, comentó el ministro ante el Senado.
La conocida como Trade Act da autoridad a la Casa Blanca para imponer aranceles contra un país si se determina que aplica medidas que pueden ser desproporcionadas para el negocio de sus empresas multinacionales. Le Maire dejó claro a Mnuchin que son ellos los que deciden sus propias reglas en el ámbito fiscal. “Y seguirá siendo el caso”, afirmó.
España es otro de los países que europeos que está considerando adoptar una medida similar a la del Gobierno de Emmanuel Macron, ante las dificultades que hay para lograr un consenso en el seno de la Unión Europea. Le Maire espera que esta iniciativa que se está adoptando en Francia “sea un incentivo” para que en el seno de la OCDE se aceleren las discusiones para avanzar hacia un acuerdo sobre la fiscalidad a los servicios digitales.
Fuente: El País